Trate al fuego con respeto

Fecha: 20 de noviembre de 2017 Categoría: Hogar

CUANDO nos sirve de amigo, el fuego cocina nuestras comidas, calienta nuestro cuerpo, provee luz en la oscuridad y es una fuente de energía que nos lleva largas distancias. Sí, nos rinde muchos servicios al satisfacer necesidades o hacer más placentera nuestra vida. Pero, por otra parte, puede destruir propiedad en valor de miles de millones de dólares y despojar bosques enteros de su verdor. Cada año, en tan solo los Estados Unidos, extingue la vida de unos 12.000 hombres, mujeres y niños. El fuego puede ser un enemigo mortal.
Ciertamente, cualquier cosa que tenga semejante posibilidad de proveer beneficios o causar tanto daño merece consideración para que podamos seguir llamándola nuestra “amiga.” Si el fuego ha de ser nuestro amigo o enemigo depende en buen grado de la manera en que lo tratamos y de tener conocimiento básico acerca de las cosas que lo causan.
Los rayos son un medio natural de causar fuego. La lava de los volcanes es otra fuente de fuego. Sea que nuestros antepasados primitivos hayan imitado las fuentes naturales o se les haya dado conocimiento divino en cuanto a cómo producir fuego, éste ha sido una parte íntegra de la vida del hombre por miles de años.
¿Qué cosa es el fuego?
Aunque los hombres habían estado usando el fuego por miles de años, su verdadera naturaleza se desconoció hasta el siglo XVIII cuando los experimentos de Antonio Lavoisier y otros químicos mostraron que el fuego marca una reacción química que tiene que ver con el oxígeno. Probaron que el oxígeno realmente es añadido durante la combustión, aunque antes de eso otros habían pensado que el fuego resultaba de la liberación de una sustancia imaginaria llamada “flogisto.” Se define el fuego como el desprendimiento de calor y luz producidos por la combustión de sustancias.
Al describir los elementos esenciales para el fuego, muchos actualmente prefieren usar una palabra que se refiere a algo que tiene cuatro caras. Por eso hablan del “tetraedro del fuego.” En otras palabras, además del “triángulo del fuego” original que constaba de combustible, calor y oxígeno, añaden como la cuarta cosa esencial la reacción química.
Es necesario que entendamos el papel que cada uno de éstos desempeña en la producción del fuego a fin de poder valernos de ese conocimiento para evitar o extinguir fuegos que no deseamos. Por ejemplo, para apagar un fuego de grasa en la estufa, apague la estufa (quitando el calor) y cúbralo con una tapadera (quitando el oxígeno que alimenta el fuego). Para conseguir una idea mejor de lo que causa el fuego, examinemos estos cuatro elementos fundamentales.
COMBUSTIBLE: Dadas las debidas circunstancias, casi toda sustancia arde o se combina con oxígeno en combustión, un procedimiento químico que libera el calor. (Recuerde que el fuego es el calor y la luz que resultan de la combustión.) Sin embargo, la temperatura que se requiere para que las cosas ardan, que se llama el punto de inflamación o el punto de combustión, varía según las sustancias. Por ejemplo, el punto de combustión de la película, nitrocelulosa, es solo de 137 grados centígrados. Para la lana es 205 grados centígrados y para el papel de periódico, 230 grados centígrados.
CALOR: Por lo general, una fuente exterior provee el calor, como un fósforo o chispa, y entonces el fuego produce suficiente de su propio calor para sostenerse. Si rebajamos la temperatura de una sustancia que está ardiendo a un grado inferior a su punto de combustión, el fuego se apaga. Por eso, aunque nuestro aliento contiene oxígeno que sostiene el fuego, si soplamos sobre un fósforo encendido, apartamos el calor más rápidamente que la rapidez con que éste se produce, y el fuego se apaga. A veces se genera suficiente calor dentro de las sustancias, como en un montón de trapos grasientos, para hacer que empiecen a arder. A esto se le llama combustión espontánea. Ciertas bacterias en el heno húmedo pueden hacer que la temperatura suba rápidamente y hacer que se encienda el heno, lo cual resulta en la pérdida de forraje valioso y posiblemente almacenes y ganado. No se pueden pasar por alto estas fuentes del calor cuando se consideran medidas preventivas contra los fuegos y medidas de seguridad.
OXÍGENO: Aunque hay otras sustancias químicas que pueden combinarse con los combustibles para producir calor, el oxígeno es la más común de todas. El hecho de que los combustibles calentados en el vacío no arden demuestra que se necesita oxígeno para sostener un fuego.
REACCIÓN QUÍMICA: En ciertas condiciones los combustibles no producen una llama, aunque estén presentes el combustible, el calor y el oxígeno. Por ejemplo, si el porcentaje de gas natural en el aire no alcanza algún punto entre 4 y 15 por ciento, no se produce una llama.
La combustión, o sea el proceso de quemar o arder, puede ilustrarse al examinar una vela. La cera no arde directamente, sino, más bien, el gas que la cera calentada despide sube por el pabilo o mecha de la vela y arde. Para verificar esto sople sobre una vela a fin de apagarla después que haya estado ardiendo por algún tiempo. Luego pase un fósforo prendido por la estela de humo que sube de la mecha. Una llama bajará toda la distancia del humo hasta la mecha y encenderá de nuevo la vela. Hay tres zonas en la llama: (1) la zona oscura interior en la que no hay combustión y (2) una capa intermedia de combustión incompleta, compuesta de hidrógeno y monóxido de carbono que poco a poco logra llegar hasta (3) el cono exterior de la combustión completa.
Teniendo presente las cosas esenciales para un fuego, ¿no le parece que sería bueno echar una mirada alrededor de su hogar o lugar de trabajo y ver si acaso le está dando al fuego destructivo un lugar donde empezar?
Tres pasos para evitar la catástrofe
Al hacer su inspección, recuerde que nunca hay dos fuegos que sean exactamente iguales. Así que no es posible abarcar todas las circunstancias. Es preciso que consideremos algunos lugares donde hay más probabilidad de que empiece un incendio a fin de ayudar a todo miembro de nuestras familias a darse cuenta de lo importante que es la seguridad contra el fuego.
Hablando en términos generales, se requieren tres pasos para ayudarnos a evitar la catástrofe de un incendio en nuestro hogar. Son: (1) Dar atención al buen orden y limpieza del hogar; (2) desarrollar hábitos de seguridad; y (3) hacer planes de antemano.
Inspección de la zona de la cocina
La cocina encierra más peligro que cualquier otra parte de la casa. Aquí es donde empiezan la mayor parte de los incendios que ocurren en los hogares. La estufa y otros aparatos electrodomésticos especialmente presentan una amenaza. Por eso hay que ejercer cuidado particular para mantenerlos en buen estado y usarlos con seguridad. El buen orden y la limpieza son vitales. ¿Hay materiales combustibles por encima de la estufa que pudieran incendiarse al sufrir el calor o las llamas? Las cortinas, al ser llevadas por el viento sobre la estufa, de repente pueden convertir a toda la cocina en una escena de destrucción.
El buen cuidado de la casa incluye el mantener la estufa y zonas adyacentes libres de grasa. Puesto que ya están presentes el calor y el oxígeno, la grasa puede proveer el combustible para un incendio.
Desarrolle hábitos de seguridad. ¿Están en buen estado los aparatos electrodomésticos como los refrigeradores, tostadoras y hornos? ¿Usa solo fusibles del tamaño recomendado?
Si se enciende una sartén de grasa, nunca trate de sacarla de la casa ni de apagarla con agua; estas acciones solo empeoran la situación. Primero, apague el calor. Luego trate de ahogar la llama con una tapadera, ejerciendo cuidado para que usted mismo no se queme y vigilando para que su ropa no se acerque demasiado al fuego. Si esto no surte efecto y no tiene un extintor de incendios, entonces salpique bicarbonato de sosa sobre el fuego de grasa.
Una palabra de advertencia: Los niños de menos de cinco años de edad están implicados en aproximadamente el 20 por ciento de todas las fatalidades que resultan de incendios; así que desarrolle hábitos de seguridad para protegerlos del fuego. Vuelva los mangos de todas las sartenes de modo que no sobresalgan de la estufa donde puedan alcanzarlos los niños. No se exponga a una tragedia guardando la vasija de galletas sobre la estufa. Mantenga los fósforos y encendedores alejados del alcance de los niños. El fuego no es un juguete, y a los niños se les debe enseñar en su infancia a respetar el fuego.
Puesto que casi todos los incendios hogareños empiezan en la cocina, muchas autoridades para la prevención de incendios recomiendan que cada familia tenga, dentro de la zona de la cocina, un extintor de sustancias químicas secas. Basta con uno que contenga un kilo. Debe ser del tipo “ABC” de propósitos múltiples que combate eficazmente incendios de toda clase, como los de (A) papel, madera, cortinas y así por el estilo; (B) líquidos inflamables, como grasa, pinturas, solventes y así por el estilo; (C) equipo eléctrico cargado, como alambres defectuosos, cordones eléctricos desgastados o raídos y así por el estilo.
Cada miembro de la familia debe saber usar el extintor. El tiempo prudente para leer las instrucciones y aprender a operar el extintor de incendios NO es el momento en que surja una emergencia debido a un incendio.
Si no es posible extinguir rápidamente un incendio en la cocina, todo miembro de su casa debe abandonar el edificio primero. Entonces, desde un lugar seguro, llame a los bomberos.
En el cuadro acompañante se alistan algunas de las causas más comunes de incendios en la cocina, junto con la acción que se debe tomar para evitar o apagar el fuego.
Cómo mantener seguras otras zonas
En las otras zonas de la casa o apartamento, sin duda el calentador es el más culpable de empezar incendios hogareños. Sea que tenga calefacción central o de habitación, hay que dar atención al calentador para mantenerlo en buen estado y se debe ejercer cuidado al usarlo. ¿Se encarga de que un reparador capacitado examine y limpie con regularidad la caldera de la calefacción, incluso los tubos, las chimeneas y zonas adyacentes?
Son especialmente peligrosos los calentadores de habitación porque a menudo tienen las llamas expuestas, y es preciso que haya suficiente espacio libre entre el aparato y las paredes de materiales combustibles. La posición del calentador es importante porque se puede dar contra él fácilmente y volcarlo. También es prudente apagar los calentadores portátiles antes de acostarse.
Aquí en Japón, donde cada día los incendios causan como promedio 30 muertes y lesiones, los calentadores portátiles se usan extensamente. Para advertir del peligro que presentan, se hacen arreglos en casi todas las comunidades para que voluntarios anden por las calles cada noche a un hora fija, sonando una campana o batiendo palos de madera. En algunas zonas los bomberos van en sus autobombas de un extremo de la calle al otro sonando las sirenas y anunciando que es hora de apagar los calentadores. Sin duda, el que la comunidad se mantenga constantemente consciente de los peligros de los incendios contribuye a una reducción de la pérdida trágica causada cada año por los incendios hogareños.
Además de los calentadores hay otros artículos en el hogar que deben considerarse. Por ejemplo, el hábito de fumar y el uso descuidado de fósforos causan más o menos el 25 por ciento de todos los incendios de origen conocido, y en los Estados Unidos resultan cada año en 200.000 incendios y 1.200 muertes.
Además, el televisor genera mucho calor, y si no se provee suficiente ventilación para dispersar el calor, éste se puede acumular e incendiar cualesquier combustibles cercanos. Si los alambres están raídos, déles atención inmediata.
Si acaso hay un incendio y la ropa de alguien está ardiendo, no deje que la víctima corra; esto solo aviva las llamas y hace que el fuego arda más rápidamente. Eche la víctima al suelo y arróllela en un sobretodo, alfombra o frazada para ahogar el fuego.
Hábitos prudentes en las zonas de depósito
¿Tiene usted zonas de depósito, como, por ejemplo, el sótano, garaje o un armario en su hogar? En zonas cerradas, los vapores de los adelgazadores de pintura, gasolina y otros líquidos inflamables pueden ser la causa de una explosión peligrosa e incendio. ¿Tiene todos estos líquidos guardados en recipientes de metal cerrados? Cuando usa estos artículos, ¿lo hace en una zona bien ventilada?
La basura o trapos amontonados en la zona de depósito pueden empezar a arder debido a la combustión espontánea. El buen cuidado de la casa elimina este peligro.
Haga planes de antemano
Los bomberos recomiendan que cada familia haga planes para la vía de escape que la familia usará en caso de un incendio. Es demasiado tarde una vez que azote el incendio. Planee una primera vía de escape y una vía de alternación en caso de que la primera esté obstruida. Entonces practiquen el uso de esa vía para que todos estén familiarizados con lo que deben hacer. Fijen de antemano dónde van a reunirse fuera de la casa para saber con seguridad que todos han salido de ella. Personas han muerto por volver a entrar en una casa que estaba en llamas para salvar a sus hijos que ya estaban afuera en seguridad. Una vez que todos estén afuera, no vuelvan a entrar para tratar de salvar cosas valiosas. Esto pudiera costarle la vida.

Resulta en nuestro propio bien y el bien de nuestras familias el que le tengamos respeto al poder potencial que hay en el fuego y cultivemos hábitos prudentes en su uso. ¿Seguirá siendo el fuego su servidor amigable, o se volverá en contra de usted como un enemigo mortal? Depende en gran manera de cómo usted lo trate.

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